good kisser
-Soy el mejor besador del mundo- les dice.
-Pruébelo, el primero es gratis y el segundo tiene que hacer una pequeña contribución solidaria-.
Generalmente se acercan amas de casa cansadas de ser penetradas rutinariamente. Visto de lejos, esto es un servicio más, sólo que garantiza ternura.
Que cómo aprendí?
Bueno, esto empezó de adolescente, específicamente desde el primer beso con el que de casualidad atiné a cruzarme. Esa vez me sentí fatal porque no pude besar, o bueno, lo que tuve resultó decepcionante porque fue un acercamiento de labios que resistían a abrirse, por lo tanto fue un beso seco de esos que los matrimonios se dan cuando ya van despertándose juntos más de un día. Para mi fue devastador y me juré que nunca más me volvería a pasar.
Desde entonces las pornos, el internet y ciertas frutas tropicales se convirtieron en mis herramientas de estudio. Las clases prácticas tuve que salir a discotecas o inventarme novias de pacotilla que duraban un día y a veces dos. Según yo, mis besos iban cada vez mejorando, aunque si me comparaba con la infinita diversidad de besos de las pornos, pues yo me quedaba como un niño de pecho, al que le roban besos.
Cuando besé por primera vez estando enamorado, supe que ahí estaba el secreto. Una vez me dijeron que el que besa con los ojos bien cerrados ama de verdad, yo me reí, pero eso me ha servido como secreto profesional porque muchas clientas se han quejado de que por qué no las beso con los ojos cerrados o que se ve horrible un par de ojos bizcos y una lengua recorriendo humedades.
No, no soy un puto. Yo simplemente no las follo, ni las toco si no me lo piden. Si quieren que les diga la verdad, esto de calentar mujeres con besos tiene un placer un poco masoquista, que es el de follarlas sin tocarlas siquiera. Porque follar, mmm eso es lo que todo el mundo hace y la mayoría mal, entonces es como que me siento único y poderoso: yo las beso y punto y aunque ella se muera por sexo y yo también, siempre está la posibilidad del no. Y esa adrenalina de la pausa cuando parece imposible hace que el momento sea inolvidable. Estoy seguro que ellas más se acuerdan de quien nunca las folló. Y es que el sexo puede ser tan deprimente, accidentado y vacío que a veces un apretón de manos puede tener más carga afectiva que el intercambio de fluidos y el maquinal movimiento de ir y venir, entrar - salir. No, eso ellas lo pueden lograr con cualquiera, conmigo no. Creo que muchas de ellas necesitan ser besadas así para volver al amor más puro, ese que alguna vez fue llamado el primer amor.
A veces las sesiones duran horas, porque el besar afloja la lengua, literalmente. Y se me ponen a conversar de amores pasados, o de los besos apestosos de maridos burdeleros y cervezas semanales, muchas de ellas me cuentan de las tantísimas veces que se murieron por tan sólo un beso.
Yo por dentro he aprendido a separar mis propios besos de los del trabajo porque sé exactamente cuando es que una cita perfecta se queda sin el beso final, y es que a todas se les metió la idea de que tienen que ser besadas y no lanzarse al beso.
-Pruébelo, el primero es gratis y el segundo tiene que hacer una pequeña contribución solidaria-.
Generalmente se acercan amas de casa cansadas de ser penetradas rutinariamente. Visto de lejos, esto es un servicio más, sólo que garantiza ternura.
Que cómo aprendí?
Bueno, esto empezó de adolescente, específicamente desde el primer beso con el que de casualidad atiné a cruzarme. Esa vez me sentí fatal porque no pude besar, o bueno, lo que tuve resultó decepcionante porque fue un acercamiento de labios que resistían a abrirse, por lo tanto fue un beso seco de esos que los matrimonios se dan cuando ya van despertándose juntos más de un día. Para mi fue devastador y me juré que nunca más me volvería a pasar.
Desde entonces las pornos, el internet y ciertas frutas tropicales se convirtieron en mis herramientas de estudio. Las clases prácticas tuve que salir a discotecas o inventarme novias de pacotilla que duraban un día y a veces dos. Según yo, mis besos iban cada vez mejorando, aunque si me comparaba con la infinita diversidad de besos de las pornos, pues yo me quedaba como un niño de pecho, al que le roban besos.
Cuando besé por primera vez estando enamorado, supe que ahí estaba el secreto. Una vez me dijeron que el que besa con los ojos bien cerrados ama de verdad, yo me reí, pero eso me ha servido como secreto profesional porque muchas clientas se han quejado de que por qué no las beso con los ojos cerrados o que se ve horrible un par de ojos bizcos y una lengua recorriendo humedades.
No, no soy un puto. Yo simplemente no las follo, ni las toco si no me lo piden. Si quieren que les diga la verdad, esto de calentar mujeres con besos tiene un placer un poco masoquista, que es el de follarlas sin tocarlas siquiera. Porque follar, mmm eso es lo que todo el mundo hace y la mayoría mal, entonces es como que me siento único y poderoso: yo las beso y punto y aunque ella se muera por sexo y yo también, siempre está la posibilidad del no. Y esa adrenalina de la pausa cuando parece imposible hace que el momento sea inolvidable. Estoy seguro que ellas más se acuerdan de quien nunca las folló. Y es que el sexo puede ser tan deprimente, accidentado y vacío que a veces un apretón de manos puede tener más carga afectiva que el intercambio de fluidos y el maquinal movimiento de ir y venir, entrar - salir. No, eso ellas lo pueden lograr con cualquiera, conmigo no. Creo que muchas de ellas necesitan ser besadas así para volver al amor más puro, ese que alguna vez fue llamado el primer amor.
A veces las sesiones duran horas, porque el besar afloja la lengua, literalmente. Y se me ponen a conversar de amores pasados, o de los besos apestosos de maridos burdeleros y cervezas semanales, muchas de ellas me cuentan de las tantísimas veces que se murieron por tan sólo un beso.
Yo por dentro he aprendido a separar mis propios besos de los del trabajo porque sé exactamente cuando es que una cita perfecta se queda sin el beso final, y es que a todas se les metió la idea de que tienen que ser besadas y no lanzarse al beso.
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un abrazo!