mi verdadero trabajo

Algo tan subjetivo como marcar un punto de referencia. Pero necesario.

Diez mil visitas en un blog que lleva dos años en la red, setecientos treinta días. Dos publicaciones en revistas que nacieron muertas, una que nunca se concretó y otra revista que está ahí: recién nacida. Un recital poético en Perú, dos publicaciones artesanales. Sesenta cuentos, diez relatos, tres crónicas, 200 poemas. Dos novelas incompletas, un diálogo teatral. Diez mil visitas. Todo es relativo.

Los primeros meses tenía vergüenza del blog. Me había desnudado y aunque nadie me viera la sensación era atemorizante. Hay que ver que mis habilidades tecnológicas se complican cuando paso más allá del messenger en una conversación de más de dos personas. Y ahí estaba dando patadas de ahogado queriendo surfear en la web, la mano de internautas colegas pusieron su afectuosa firma en este blog.

Después debo admitir una campaña que denomino sucia, ésta consistía en un bombardeo un tanto periódico de la dirección de mi blog a mis pobres contactos de hotmail. Los baños públicos de bares y conciertos fueron otro sitio interesante. También se hicieron los típicos graffitis. El lanzamiento del segundo libro fue en el último concierto de Charly García en Quito 2009 y literalmente fue un lanzamiento, varios ejemplares, que ahora me hacen falta, fueron arrojados al público en varios sectores del coliseo. Las copas a veces resultan inspiradoras.

Y no me ahogué desde esos primeros pataleos en la red.

Y los más variados temas han sido martillados por el blog de traumas, palabra a palabra, y nada más. Nada de fotos, nada de videos, nada de emoticones, nada de dibujos, ni famosas desnudas. Casi salto de felicidad cuando hay un comentario en el blog pero nunca contesto, acá no se chatea, ni se dejan mensajes privados, para eso está el facebook y bien que lo uso para difundir mi blog.

Aunque también debo confesar un manejo dramático y extremadamente sentimental del blog en algunos arrebatados momentos. Excesos como borrar todo lo escrito, o no poner una letra en meses, o meter poemas como insultos, u odas psicotrópicas. A veces lo usé también como un eficaz sistema de tortura que funcionaba tanto para el prójimo como para mi mismo.

Lo he padecido.

Son diez mil visitas en dos años e insisto en lo relativo del número, pero sí en la necesidad de marcar un punto de referencia. Para mirar atrás y ver que contra todo pronóstico el escribir demanda trabajo!

Lo he disfrutado.

Gracias por la pausa, la lectura, por la repetición y por la fidelidad al blog .Algo que no me deja de sorprender y alegrar.

Salud!

Comentarios

HOD ha dicho que…
SALUD!!
Unknown ha dicho que…
Ohhhh my gosh que letras tan sentidas, creo que están más vivas que nunca. Salud broder y felicitaciones

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