mi primer trabajo
Ahora tengo tenazas y camino para atrás. Mis ojos saltones parecen querer ver a lo lejos algo borroso. Sudo incontrolablemente y pese a que me convenzo de que es sólo por el trabajo, a veces pienso que mi cuerpo, en un esforzado acto heróico de escapismo, prescinde de la conciencia y de la noción de realidad, para poder expulsar todo el llanto a través del sudor de todas mis extremidades. Quiero creer que si no fuera por eso, la insoportable lucidez me haría llorar a cada manotazo que doy mientras muevo mis brazos con desesperación.
Busca un trabajo y verás como después todo viene. Conocerás personas, aprenderás muchas cosas, e incluso sin darte cuenta hasta podrías conseguir una novia.
Eso me dijo ese tipo que viene a comer en el restaurante dos veces por semana, los lunes solo y con el periódico del domingo, y los miércoles o jueves con algún amigo para tomarse una cerveza. Eso también me dijo el de la tienda donde compro los cigarrillos en los recesos después de la hora del almuerzo. Eso me dice la tipa de la televisión por cable reflejada en los ventanales del local. Eso me dijo mi mejor amigo. Eso me dijeron mis padres. Eso le dicen miles de bocas confabuladas entre ellas a mis enormes orejas.
Eso también es lo que yo digo y me contradigo.
Pero ahora me he convertido en un animal con caparazón. No hablo con nadie y no conozco a nadie pese a que saludo con todos. No he podido conocer a mucha gente, salvo a esas que a los cinco minutos tienen deformada la boca y les crece la lengua colosalmente.
El sueldo me alcanza para medianamente beber y vivir. Y viceversa.
No creo que conozca una chica, a no ser que el restaurante cambie de nombre al Sr. Cangrejo y Blanca Nieves o algo así.
Los días con sol son los peores.
Busca un trabajo y verás como después todo viene. Conocerás personas, aprenderás muchas cosas, e incluso sin darte cuenta hasta podrías conseguir una novia.
Eso me dijo ese tipo que viene a comer en el restaurante dos veces por semana, los lunes solo y con el periódico del domingo, y los miércoles o jueves con algún amigo para tomarse una cerveza. Eso también me dijo el de la tienda donde compro los cigarrillos en los recesos después de la hora del almuerzo. Eso me dice la tipa de la televisión por cable reflejada en los ventanales del local. Eso me dijo mi mejor amigo. Eso me dijeron mis padres. Eso le dicen miles de bocas confabuladas entre ellas a mis enormes orejas.
Eso también es lo que yo digo y me contradigo.
Pero ahora me he convertido en un animal con caparazón. No hablo con nadie y no conozco a nadie pese a que saludo con todos. No he podido conocer a mucha gente, salvo a esas que a los cinco minutos tienen deformada la boca y les crece la lengua colosalmente.
El sueldo me alcanza para medianamente beber y vivir. Y viceversa.
No creo que conozca una chica, a no ser que el restaurante cambie de nombre al Sr. Cangrejo y Blanca Nieves o algo así.
Los días con sol son los peores.
Comentarios
mierda los días con sol+humedad esos sí ke son los peores
el maldito trabajo, la esclavitud remunerada, yo todavía reniego de eso pero tranki que ya mismo te alcanzo.. ke bajón no ve recorrer el monótono laberinto de mesas y sillas tras un ventanal.. esperemos ke los vientos del sur -ahora ke andan soplando fuerte- traigan otros aires a esta ciudad.. ahora cacho porke andas desaparecido
cuidate ve no bajonees! un abrazo