el suicida falluco

Se levanta temprano y otra vez esa certeza, esa terrible certeza de que ese día tenía que morir. Como sea debía matarse, ya basta de que los niños del barrio le anden gritando- quiere morir- quiere morir-. Guambras de mierda ya van a ver.

Cuando pisa el suelo frío y duro como las madrugadas, se ahueva un chance y dice- bueno simón que me voy a matar hoy, pero eso no tiene nada que ver con querer tener los pies fríos-. Ahora si con los pies calientes va a su escritorio a ver su plan.

UNO: buscar en el Internet cómo suicidarse sin dolor y lo que es peor: sin olor. Olor estaba subrayado nerviosamente tres veces, dos líneas una sobre la otra y la tercera solitaria, separada. -Claro signo de tendencia suicida- decía siempre él cuando estaba convaleciendo.

DOS: poner el bolero de Ravel a todo volúmen.

TRES: buscar recuerdos para quemar, (los principales ya se quemaron en el anterior intento fallido).

CUATRO: buscar persona conocida para llamar por última vez. (muy pocas personas contestaban el teléfono, muchos le creyeron la primera vez que se mataba y rapidito le borraron del celular, del facebook, del hi5 por si acaso de mala suerte, casi como que aliviados de haber espantado la peste y reconciliarse con sus atormentadas conciencias por no haber sido mejores personas con el estúpido suicida que viene y llama a decir que se va a matar. Qué cosas se han visto. Tatay qué susto, fuera!, fuera!.

QUINTO: dejar las fotos (para que aparezcan como protector de pantalla después de 5 minutos).

SEXTO: matar al loro. Antes había sacrificado un perro, un gato, un conejo, un cuy (bueno ya, hámster…).Y así seguía reduciendo el tamaño de la mascota a sacrificar según se reducía su bolsillo.

SEPTIMO….?....(sí, así había puesto el tipo porque siempre creía que el número 7 le da buena suerte, y además siempre algo faltaba-no hay plan perfecto-, decía él mismo.


Ya. A ver ésta parece que está buena, garantizado poco olor. Chuta, bueno todo muerto apesta, tal vez deba poner más incienso. Dice que el gas de uso doméstico, primero te duermes y casi no te das cuenta, tiempo: 40 a 45 minutos. Uuuu…mucho tiempo dormido, que se va a dormir si de ley está con la ansiedad de matarse. Bueno, no toca más, porque la anterior del cóctel con detergente, cloro y desinfectante “poett” le cagó las tripas y le dejó sin chupar 6 horrorosos meses en los que trató de matarse de hambre pero no le duró ni lo que duran los retrasos menstruales. Más el susto y el escándalo.

Suspira. Ya suena el bolero de Ravel y se pone a buscar recuerdos que quemar. A ver, ésta parte era en la que desistía la mayoría de veces. Se mordía los dientes de la rabia de haber quemado todo los recuerdos de la musa la primera vez que intentó matarse. Qué bruto cómo no se le ocurrió guardar algunitos. Pero quien iba a pensar que la maldita corbata ha estado apolillada. Pero bueno. Eso ya había pasado y ahora se supone que estaba superado. -Bueno ya,digo-. Basta, ahora a quemar recuerditos de algún pajareo por ahí, alguna mujer fugaz de esas que te dejan vacío, de esas que es mejor ni tocarlas. Pero que más toca, como se iba a matar sin dejar recuerditos quemados por ahí.

Y sigue sonando el bolero de Ravel.

Selecciona las fotos, ésta vez va a poner sólo fotos de cuando era niño para que todos le recuerden bien. La anterior vez no fue buena idea poner las fotos de las manes lluchas que habían pasado por su autodestructiva vida. Todas le odiaron, primero porque mojigata pescada en falta es despiadada, y segundo porque además el bruto no se muere, sino que falla. Entonces de ley les tocó ir a visitar al suicida sin saber si lograrían contener la rabia y el odio que les provocaba tamaña vergüenza pública.

Bueno, ahora a matar al loro.

Se acerca a la jaula. Esta parte si que le gustaba. Siempre prefería asfixiarlos, así podía ver esa carita de angustia deliciosa que les convierte en tan humanos, más humanos que los animalitos de walt disney. Y ver como poco a poco se les va la esperanza de que les vas a ayudar. Entonces se retuercen de pánico, -nadie quiere morir, yo si- decía en esos momentos en que por fin la mascota hacía eso tan lindo que todos llaman “estirar la pata”.

Pero la jaula estaba en la ventana y si se acerca y el loro se resiste va a hacer un escándalo y los bulliciosos hijos de la vecina empezarían a gritar –quiere morir- quiere morir-… Lo peor es que hasta el escuincle que todavía andaba con pañal le gritaba – quele molí- quele molí- y se pasaba la mano por el cuello como en las películas. Enanos hijueputas, cada vez más precoces.

Bueno el loro ya se murió, ahora lo acomoda en la jaula para que parezca que se ha muerto de la pena.

Ahora si a coger el gas, la manguera. Llevar un almohadoncito para aguantar sentado y esperar la muerte. Je je hasta poético se vuelve. Cierra la puerta.

Huele feo, chucha que feo huele, por qué no huele rico como la gasolina, o el cemento de contacto. A ver parece que le da un poco de sueño. No, más bien hambre. Uuu simón hambre es lo que tiene, pero eso no decía en el Internet pues!… Mmmm ese maldito internet igual de falluco que el suicida, siempre algo falta, siempre.

Bostezo.

Comentarios

Claudia ha dicho que…
Quien pregona su deseo de morir, nunca lo hará...casi todos seremos suicidas fallucos...:)

sos genial!
Nath ha dicho que…
me gustan full tus escritos... sobre todo xq tienen ese toque de realidad que a muchos les falta... saludos
HOD ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
HOD ha dicho que…
UN FAMILIAR MUY CERCANO SE SUICIDÓ CON GAS...EL SI FUE UN VALIENTE ENTONCES?

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