Miguelito Llacson

Miguelito Llacson. 
No se si me sentía gay o estúpido. Pero era una sensación incómoda en todo caso. Y es que cuando me sorprendí llorando histéricamente al verlo, me di cuenta que no me diferenciaba en absoluto de las insoportables adolescentes junto a mi que gritaban, lloraban y pataleaban. Pero en mi caso era peor porque yo sentía que me gustaba. Yo lloraba pero de deseo, quería tocarlo, besarlo. Creo que quería hacerle el amor o que él me lo haga a mi...pero què es eso? si a duras penas he besado a una chica. Mierda. Esa noche mientras lloraba en el concierto también estaba excitado, pasè como dos horas sintiendo como mi cuerpo caliente necesitaba ser tocado. Pero, ahora que lo recuerdo, no sentí ninguna de esas horribles sensaciones de culpa que tenía cuando observaba demasiado a mis amigos, o cuando no me interesaban mucho las sesiones pornográficas, con masturbación colectiva incluida, que a mis amigos les encantaba casi como un vicio. Tal vez leía demasiado y sabía que a mi edad hay una cierta inseguridad en cuanto a la orientación sexual se refiere.  Pero en mi caso esa inseguridad se estaba prolongando demasiado, además no podía comprobarlo porque mi timidez prácticamente me paralizaba cuando estaba junto a una amiga o chica que me guste. Ir a las putas me tenía aterrorizado y cuando fui al chongo ese día no se me parò pero ni por casualidad. Me sentí fracasado…qué terrible! tan pocos años con mi libido actuando y ya había cosechado tantos fracasos sexuales. Ni siquiera sabía masturbarme como se debe, eran unos pajazos tristes, deprimentes y llenos de culpa. Haber leído lo de woody allen que masturbarse es como hacer el amor con uno mismo tampoco me ayudó pues qué sabía yo de hacer el amor. Pero en ese concierto sentí que lo deseaba. Si, definitivamente ese día me quería follar a Miguel Llackson o que él me folle a mi. Y por primera vez no sentí culpa. 
Pasada la euforia del concierto regresaba a mi casa casi convencido de que era gay, pero insisto, no era nada liberador, no sentía haberme quitado un peso de encima ni tampoco me parecía que lo que estaba viviendo ese día era lo que llamaban “salir del closet”. Mi vida seguía siendo una soberana mierda y para colmo me acababa de dar cuenta que me gustaban los hombres. Los hombres? Y si, sólo me gusta Michael Jackson?..Bueno, no soy gay pero mi vida sigue siendo una mierda, aunque tal vez menos complicada. Porque al final, qué culpa tengo yo de que me guste Michael Jackson si no se ni qué mismo es él. A veces parece mujer y además hermosa y encima blanca y cuando canta con sus susurros cursilones la verdad que me derrite. Otras en cambio parece un simio en celo, manoseándose los genitales frente a miles de espectadores y ese grito recurrente que definitivamente me ponía arrecho. Aunque después, cuando se enfrentaba a muertos vivientes y salía victorioso del humo y la muerte, pues simplemente me parecía el héroe que todas las niñas y niños vírgenes se quieren follar. Entonces, tal vez el problema no era que sea gay, que me agarren esas dudas de si me gusta tirar o que me tiren. El punto tal vez era que la culpa de mi dilema homosexual lo tenía el fucking Michael Jackson. El muy cabròn no resuelve sus problemas de ser hombre, mujer, blanco, negro y no sólo que no los resuelve si no que tiene la lucidez de convertirlas en su fortaleza. Miguelito Jackson simplemente se saltó esa duda existencial, y el escenario y las multitudes le dieron la solución perfecta. El sería DIOS, y todo su talento y su maquinaria mediática servirían para eso. El ya no sería Miguelito Jackson, el negrito lindo que cantaba desde chiquito con sus hermanitos. No, él ya no sería el Mike cada vez menos negro y con màs plata que conquistaba el mundo con sus quiebres y épicos conciertos. El sería DIOS, y para serlo no se necesita ser blanco negro o gay. Pero si, bailar, cantar y retorcerse como gusano cachondo.
Llegué a mi casa como todo adolescente indefinido, decidido a ponerle fin a mis devaneos sexuales con una buena porno y un pajazo relámpago. Puse la porno y me quedé dormido. Soñé con Miguelito Llackson, amanecí húmedo y me prometí a mi mismo comprar una porno nueva.

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